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lunes, 31 de diciembre de 2018

Un poeta la bautizó "ARGENTINA ": el origen y los secretos del nombre de nuestro país



De las minas de plata en Potosí y un poema del 1600 hasta la Constitución y el Himno Nacional: la historia de cuando comenzamos a llamarnos "argentinos"

La ciudad de Potosí está ubicada al sur de Bolivia, en la provincia de Tomás Frías, y se extiende sobre las faldas del legendario Cerro Rico, en el cual desde mediados del siglo XVI se situó la mina de plata más grande del mundo, habiéndose constituido por entonces, y durante mucho tiempo, en el soporte y sustento de los dominios españoles en América.
La explotación del cerro comenzó en 1545, durante la colonia española, y desde entonces no se detuvo nunca. En la actualidad unos diez mil mineros ingresan diariamente al subsuelo para abrir socavones con dinamita y extraer al menos, cada día, dos mil toneladas de tierra con minerales. Dicen que en esa zona no hay más que golpear dos rocas para oír el increíble sonido metálico que se genera. La cúspide es el lugar más rico del gigantesco yacimiento, pero la explotación en ese sector está prohibida para evitar que el cerro quede descabezado y pierda la forma cónica que aún puede divisarse a la distancia, desde la capital potosina.
¿Pero qué tiene que ver este relato con el nombre de nuestro país?
Resulta que el Cerro Rico de Potosí se caracteriza, precisamente, por su abundancia en plata. Plata en latín se dice argentum, y todo lo derivado de argentum es argentinum.
La palabra argentinum fue castellanizada como "Argentina" por primera vez, cuando en el año 1602, Martín del Barco Centenera (miembro de la expedición de Juan Ortiz de Zarate) publicó un poema referido a la historia del Río de la Plata, con el título "Argentina: la conquista del Río de la Plata".
Allí comenzó a utilizarse la palabra Argentina para referirse a todo el territorio bañado por el enorme Río de la Plata
Si bien no existe un momento histórico determinado y definido a partir del cual pueda afirmarse que nuestro país se denomina "Argentina", lo que sí puede corroborarse es la utilización, en el actual territorio nacional, del término "argentinos" para referirse a sus habitantes. Fue en el primer periódico porteño llamado "Telégrafo Mercantil, Rural, Político y Económico del Río de la Plata", creado en 1801 por el español Francisco Cabello, apoyado desde el Consulado por Belgrano y Castelli, y clausurado en 1802 por el virrey Joaquín del Pino cuando apenas llevaba ciento diez ediciones.
Algunos años más tarde, poco tiempo después de la Revolución de Mayo, la palabra "argentino" también fue utilizada en el mismo sentido por Alejandro Vicente López y Planes al elaborar la letra del himno nacional, en el que si bien utilizó la expresión Provincias Unidas del Sud para referirse a la unidad política sucesora del Virreinato del Río de la Plata ("… ya su trono dignísimo abrieron las Provincias Unidas del Sud"), también hizo referencia "al gran pueblo argentino" cuando se refiere al saludo brindado a éste por los pueblos libres del mundo ("… y los libres del mundo responden, al gran pueblo argentino salud").
Como se advierte la palabra utilizada en esas dos ocasiones fue "argentinos", para identificar a los habitantes de la unidad política integrada por los actuales Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia; pero para referirse a esa unidad política específicamente, se usaban las expresiones Provincias Unidas del Río de la Plata o Provincias Unidas del Sud.
En 1816, el acta de declaración de la independencia utilizó la expresión Provincias Unidas en Sud-América, y desde entonces ese fue el nombre que se observa en los documentos, reglamentos y estatutos oficiales, e inclusive en el texto de la fallida Constitución centralista y aristocratizante del año 1819.
En el año 1820 se produjo la caída de las autoridades nacionales (director supremo y Congreso Nacional), y el país quedó convertido en una suerte de Confederación de hecho, es decir, en una unión no oficializada de Estados independientes que por entonces eran las provincias, y que se mantuvieron vinculadas por medio de tratados tales como el del Pilar, el del Cuadrilátero, el de Benegas y el Pacto Federal de 1831, a través de los cuales se comprometían a alcanzar la organización nacional.
"Confederación" fue, entonces, la figura jurídico-institucional que caracterizó a nuestro país entre 1820 y 1853, habiendo sido ese nombre el que se utilizó para individualizarlo en aquellos años, e inclusive hasta algunos después de la organización nacional, ya que nuestra Ley Suprema, no obstante haber organizado al país bajo la forma de un gobierno federal, continuaba utilizando la expresión "Confederación" para referirse a él.
Significa entonces que entre 1810 y 1820 nuestro país ha recibido los nombres de Provincias Unidas del Río de la Plata o Provincias Unidas del Sud o Provincias Unidas en Sud-América.
La primera de estas denominaciones fue también utilizada en la llamada "Ley de Presidencia" (6 de febrero de 1826) en la que se estipuló que para ser presidente, "la persona electa será condecorada con el título de presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata", y en virtud de la cual fue elegido para ocupar dicho cargo, Bernardino de la Trinidad González Rodríguez Rivadavia.
Luego, desde 1820 hasta 1853, se utilizó el nombre Confederación Argentina, ya que, aunque de un modo informal, el de la Confederación era el régimen imperante en aquellos años; y ese nombre siguió siendo utilizado por el constituyente hasta la reforma constitucional del año 1860.
En el devenir de estos acontecimientos, más allá de la palabra "argentinos" que ya se venía utilizando para identificar a los habitantes de las Provincias Unidas del Sud, y luego de la Confederación, fue apareciendo sigilosa y tímidamente la expresión "Argentina", y se institucionalizó oficialmente al sancionarse la Constitución del año 1826 (24 de diciembre de 1826), de esta manera:
"La Nación Argentina es para siempre libre e independiente de toda dominación extranjera".
"El Poder Ejecutivo de la Nación se confía y encarga a una sola persona bajo el título de presidente de la República Argentina".
La expresión "República Argentina" se consolidó durante la reforma constitucional del año 1860, efectuada en ocasión de incorporarse la provincia de Buenos Aires al resto del país como consecuencia de lo acordado en el Pacto de San José de Flores, a través del cual la provincia bonaerense pidió revisar el texto constitucional sancionado siete años antes, para considerar la posibilidad de efectuarle algunas reformas.
Una de esas reformas consistió en el agregado del actual Artículo 35, que refiere a los nombres que tiene nuestro país, y cuyo texto es el siguiente:
"Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber: Provincias Unidas del Río de la Plata, República Argentina o Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del Gobierno y territorio de las provincias".
Pues más allá de la evolución que he contado en esta nota, respecto de cómo en nuestro país se fue afianzando el nombre que nos identifica en el mundo (Argentina), es para destacar la connotación poética que gira en derredor del mismo: en efecto, como lo señalé antes, fue un poeta, sacerdote y tripulante de la expedición de Juan Ortiz de Zárate (Martín del Barco Centenera), el que lo acuño a principios del siglo XVII.
Luego, en los albores de nuestra vida emancipada, el político, escritor y compositor Alejandro Vicente López y Planes recogió la expresión "argentinos", incorporándolo en el legendario texto del himno nacional de nuestro país; y ya sobre el final del siglo XX, el popular cantante de folklore, poeta y autor, Roberto Rimoldi Fraga, fue quien popularizó el contenido pasional del nombre "Argentina" en su legendario tema "Argentino hasta la muerte", en cuya letra recitaba acalorada y sentimentalmente:
"Un poeta la bautizó,
con el nombre de Argentina,
un sol de trigo ilumina,
las glorias de su bandera,
cuna del Chacho Varela,
San Martin, Güemes, Moreno
Bustos, Ramírez, Dorrego,
paladines de una raza,
aquellos que a chuza y lanza
su libertad defendieron.
En el marco de una pronunciada arenga nacionalista, el popular cantante cerraba siempre este tema recitando:
"Yo quiero clavar la lanza,
de este homenaje a mi pueblo,
en el pecho de las guerras,
y gritarle al mundo entero
que aquel que tuvo la suerte
de haber nacido en mi tierra,
liberada por centauros,
ya puede gritar bien fuerte
aquellos versos ardientes
de Carlos Guido y Spano:
¡Argentino…, Argentino
hasta la muerteeeee!
No podía faltar esa aureola de pasión y romanticismo en derredor del nombre de nuestro país, cuyos habitantes pareciéramos no ser capaces de lograr una sociedad con reglas ordenadas de juego y sana convivencia, pero que ha sido cuna de descollantes individualidades destacadas en el mundo.
Próceres como José Francisco de San Martín y Manuel José Joaquín del Sagrado Corazón de Jesús Belgrano; escritores como Esteban Echeverría, Ricardo Guiraldes, José Hernández, Leopoldo Lugones, Roberto Arlt, Adolfo Bioy Casares, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato y Julio Cortázar; científicos como Javier Muñiz, Guillermo Rawson, Juan Antonio Fernández, Ramón Carrillo, Ricardo Finochietto, Juan Pedro Garraham, Luis Federico Leloir, Esteban Laureano Maradona, Angel Roffo, Luis Agote, René Favaloro, Bernardo Houssay; deportistas como Juan Manuel Fangio, Carlos Monzón, Guillermo Vilas, Alberto Demidi, Manu Ginóbili y Lionel Messi; actores y artistas reconocidos en el mundo, y hasta un Papa, son el "argentinum" o derivados del metal precioso que esta tierra, de casi tres millones de kilómetros cuadrados ubicada al final del mundo, ha sabido dar al mundo.
## por Félix V. Lonigro /infobae

jueves, 13 de diciembre de 2018

La pobreza creció al 33,6% en la Argentina y es la más alta de la década, según un informe de la UCA **


Son cifras correspondientes al tercer trimestre. Aumentó 19% respecto del mismo período de 2017. Más de 13 millones de argentinos son pobres

En lo que constituye un verdadero retroceso en términos de desigualdades en la Argentina el índice de pobreza se disparó al 33,6% en todo el país durante el tercer trimestre de este año y constituye así un aumento de 19% respecto de las cifras difundidas por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) un año atrás.
Según los datos emitidos hoy, en la Argentina existe un 33,6% de personas que viven por debajo de la línea de la pobreza mientras que hay un 6,1% que se encuentran en la indigencia. Esto constituye un estimado de más de 13,2 millones de personas que sufren la pobreza. Un año antes había medido 28,2% de la población.
"Este es un informe que no responde a una intencionalidad política o partidaria sino que es el reflejo de un estudio científico que responde a una Argentina que vive con muchas desigualdades, una inflación que pegó mucho en la población y una importante franja de los argentinos que no tienen trabajo", expresó a Infobae Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
Estos datos de pobreza arrojan los índices más elevados en la última década en Argentina y se estima que en el último trimestre estos datos se mantendrán.
Los números arrojados por este índice se realizan en unos 5.800 casos de todos los conglomerados urbanos del país con más de 80.000 habitantes y toma en cuenta una muestra por ingreso aunque tiene datos más ampliados de la situación de las personas pobres o indigentes.
El incremento en los niveles de pobreza que registró ahora el informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA implica un retroceso ya que vuelven a darse cifras superiores a las que había en el 2015 cuando finalizó el mandato de Cristina Kirchner (29,2%) y al momento en que comenzó la administración de Mauricio Macri (32,3%).
Salvia explicó que la pobreza golpeó más a los sectores medios por la inflación y la falta de trabajo que a los sectores indigentes que tienen una protección social que hizo mantenerlos en su situación.
De esta manera, el Gobierno no logró, al evaluar estos datos, una reducción de la pobreza y se mantiene muy lejos de la promesa presidencial de alcanzar una pobreza cero en la Argentina.
En el primer semestre de 2018, el INDEC arrojó el dato de que el 19,6% de los hogares en la Argentina está por debajo de la línea de pobreza, lo que comprende al 27,3% de las personas. Dentro de este conjunto se distingue un 3,8% de hogares indigentes que incluyen 4,9% de las personas.
Allí también el INDEC había registrado una suba de la pobreza y la indigencia con respecto al segundo semestre de 2017 y una disminución respecto de los consignados en el primer semestre de 2017.
Por otra parte, el dato llamativo del índice de ahora de la UCA es que la pobreza golpea más en el Conurbano y en los chicos de 0 a 17 años donde se vio un incremento del 44% al 51,7%.
En este caso llama mucho la atención otro dato alarmante del Observatorio de la Deuda Social: el nivel de inseguridad alimentaria en la Argentina hoy es del 20% del total de la población y la inseguridad alimentaria severa, es decir aquellos que pasan hambre, es de 7,9%.
Salvia atribuyó todas estas cifras alarmantes en la Argentina a que no existe en la última década una clara política distributiva del ingreso y a que la pobreza estructural no logró desterrarse.
El trabajo que presentó la UCA bajo el título de Estancamiento estructural, pobreza crónicas y desigualdad crónica en Argentina 2010-2018 sostiene también que la economía vinculada al sector externo y necesario para el crecimiento no logró una derrame hacia los sectores más productivos.
En marzo, la UCA presentará un informe sobre pobreza multidimensional en donde se registrarán mayores niveles de inseguridad alimentaria y una mejora en la infraestructura de salud y hábitat.
** Martín Dinatale / Infobae

domingo, 7 de febrero de 2016

Índice de miseria proyectada para 2016 (agencia de noticias Bloomberg)



 Venezuela, Argentina y Brasil, entre las economías "más miserables" del mundo

La agencia de noticias Bloomberg publicó su "índice de miseria proyectada para 2016", según dos variables: inflación y desempleo. La nación gobernada por Nicolás Maduro encabezó el listado de 63 países analizados. Venezuela tiene desempleado a un 6,8% de su población 

Venezuela, Argentina, Brasil y España fueron ubicadas en el top 10 del ranking de "Las economías más miserables del mundo" que elaboró la prestigiosa agencia de noticias Bloomberg. Dicho informe analiza 63 países y mide dos variables, el desempleo y la inflación, para señalar a aquellos donde será más difícil vivir o trabajar durante el año.

Venezuela, con una inflación galopante, bordea los 160 puntos en el "índice de miseria proyectada para 2016". Sobre esta nación también pesa el precio del petróleo, que ahora cotiza en mínimos y que representa el 95% de las exportaciones de la región. Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) señala que la suba de precios llegará al 720% este año, frente al 275% que alcanzó en 2015.

La consecuencia: escasez de alimentos, de productos de higiene, medicamentos y demás artículos de primera necesidad, mientras el presidente Nicolás Maduro no hace sino alentar aún más este nivel de inflación, importando bolívares de la Reserva Federal de EEUU y del Banco Central Europeo, según informa The Wall Street Journal.

La economía de Argentina también acusa una elevada suba de precios. El año pasado, la inflación cerró en torno al 27% y, a falta de estadísticas oficiales, el nuevo gobierno de Mauricio Macri prevé que este año se sitúe alrededor del 25 por ciento. La oficina de estadísticas del país, que ha sido muy criticada en la etapa de Cristina Fernández de Kirchner, dejó de publicar los datos a fines de año tras el cambio de Ejecutivo.

Y debido al elevado desempleo, Brasil, España, Sudáfrica, Grecia, Ucrania, Serbia, Turquía y Kazajistán completan el top 10 de la economía miserable proyectada para 2016 según Bloomberg.
Las economías más felices del mundo este año tendrán una situación similar al año pasado. Tailandia, debido en parte a cuestiones estructurales singulares que permiten a más habitantes contar como empleados, seguirá siendo la economía menos desdichada. Singapur, con datos de encuestas disponibles a partir de este año, debutará como segunda. Suiza, Taiwán y Japón mantendrán el puesto entre las cinco mejores de 2015.

Los cálculos para este "índice de miseria" se realizaron compilando encuestas económicas de Bloomberg de los últimos tres meses. Las cifras de 2015 sobre inflación y desempleo reflejaron un promedio anual y utilizaron los datos más actuales que estaban disponibles en cada país.

Fuente: http://www.infobae.com/2016/02/07/1788091-venezuela-argentina-y-brasil-las-economias-mas-miserables-del-mundo



domingo, 23 de noviembre de 2014

Argentina, entre los países con más deserción en la secundaria

 


Puesto número 11 en un ranking de 13 países

Lo dice un estudio de Unesco, que relevó la cantidad de egresados en la región. Sólo el 43% de los chicos termina acá la escuela media en tiempo y forma.

“Doy clases en tres escuelas públicas, a cinco divisiones. En marzo tenía 107 alumnos, ahora son 88”, se queja Sebastián Katz, profesor en escuelas técnicas de la ciudad de Buenos Aires. No es un caso aislado: las estadísticas muestran que las escuelas secundarias argentinas están entre las que más alumnos dejan en el camino. Un relevamiento de Unesco ubica a nuestro país en el puesto número 11 de América Latina en cuanto a cantidad de egresados: mientras que aquí sólo el 43% termina la secundaria a la edad esperada, en países como Perú (70%) y Chile (68%) las cifras son mucho más altas. También México, Bolivia, Paraguay y El Salvador tienen mejores números.

Si bien la secundaria es obligatoria en Argentina desde 2006, cuando se sancionó la Ley de Educación, la deserción sigue siendo el problema más grave. De acuerdo a las últimas cifras disponibles, la tasa de abandono interanual es el del 15,8%. Pero si se suman los casos de repetición, se llega a que menos del 50% de los chicos terminan la escuela en tiempo y en forma. 
“¿Cómo se implementa la obligatoriedad? ¿Alguien se ocupa? ¿Hay bonificación para los padres que cumplen? ¿Por qué la Asignación Universal por Hijo no produjo el efecto que se deseaba?”, dice a Clarín Alieto Guadagni, director del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA). Y propone como alternativa el plan “Salário Escola” implementado en Brasil con el objetivo de retener a los pibes en la secundaria. A diferencia de la AUH, cuyos certificados de presentismo de los alumnos se retiran en la escuela de mano del director, en Salário Escola la mediación la hace una entidad bancaria. Y si solo un chico del grupo familiar abandona el colegio, los padres dejan de recibir el subsidio completo.

En los últimos diez años la matrícula en el nivel medio argentino creció 12,6%: se sumaron 428.618 alumnos nuevos. Pero que entren más chicos al colegio no significa que permanezcan. “Pasa en toda América Latina. Los países están incluyendo nuevos sectores socioculturales, pero la escuela media es un dispositivo armado no para incluir, sino para seleccionar. La organización y la referencia cultural tiene elementos que discriminan a los sectores populares. No hemos podido pensar en cambios pedagógicos que estén más acordes con las exigencias de la cultura contemporánea”, explica a Clarín Guillermina Tiramonti, especialista en educación media de Flacso.

Axel Rivas, investigador de Cippec, coincide con el diagnóstico. “Argentina aumentó los niveles de cobertura. En otros países excluyen antes. Esto indica que hay un desafío profundo por transformar la escuela media. Necesitamos profesores capacitados para trabajar en la diversidad, nuevas pedagogías, trabajos por proyecto, directores que sean líderes pedagógicos.”

Guadagni se detiene en la desigualdad que genera la deserción, entre los alumnos que van a escuelas públicas y privadas. Si se compara la cantidad de alumnos que ingresaron a primer grado en 2001 con respecto a los que se graduaron en 2012 (el año que correspondería en tiempo y forma) en las escuelas públicas la relación es del 25,36% (entraron 691.301 salieron 175.337) mientras que en las privadas es del 64,32% (110.362 sobre 171.574), casi el triple. La desigualdad entre provincias también es profunda.

Si bien no hay una sola receta para salir de este laberinto, los especialistas coinciden en que se requiere un cambio profundo en la organización de la escuela y la forma en que se enseña. Algunos, como Rivas, proponen ir hacia modalidades menos estructuradas en los últimos 3 años, con sistemas de créditos al estilo de los países europeos. Otros hablan de trabajar con equipos docentes en cada escuela y eliminar los “profesores taxi”. Todos ponen el acento en la trabajar en la motivación de los chicos, en que se convenzan que la escuela es el único lugar que les abre las puertas a un futuro mejor. 
Fuente:


sábado, 4 de octubre de 2014

ARGENTINA: un país con muchas garantías... para delinquir



En Argentina tampoco hay concordancia entre el número de crímenes y la cantidad de presos. Con 147 individuos privados de su libertad cada 100.000 habitantes, está en el puesto 23 de 27 en la región.Si sólo se contempla la tasa de homicidios, que es la tercera más baja (5,5), pareciera haber un equilibrio casi perfecto. Pero basta mirar la de robos para ver que está muy lejos de ser así. Con una tasa de 975 casos por año, es el país con mayor proporción de robos de América Latina y el Caribe.

Eduardo Gerome es abogado, especialista en derecho penal. En diálogo con Infobae, explica las causas del número relativamente bajo de presos que tiene Argentina en relación a los crímenes que se cometen.

"Los jueces hacen una aplicación automática de las excarcelaciones y ponen a todos en libertad"
"Hay varias circunstancias que contribuyen -dice. Una de ellas es la excarcelación automática que se brinda a todo aquel que comete un delito, con el argumento de que mientras que no esté condenado no es culpable. Eso dice el tratado de San José de Costa Rica, pero con la excepción de que se pueda presumir que esa persona se va a burlar de la justicia".

"Los jueces hacen una aplicación automática y ponen a todos en libertad, sin que nadie vaya a constatar si esa persona va a eludir la acción judicial, o si va a seguir cometiendo delitos. Las corrientes pseudogarantistas en boga sólo buscan garantizar al delincuente, pero no a la sociedad, a la que desprotegen de forma palmaria. Así devuelven a la comunidad a elementos peligrosos, porque en un porcentaje muy alto vuelven a delinquir inmediatamente", agrega.

Gerome cuenta que los jueces deberían hacer un análisis exhaustivo de cada individuo antes de conceder la excarcelación, para determinar si se está ante alguien que puede haber cometido un delito aislado, o se dedica a eso. "Si es una persona que vive tres días en cada lado, que no tiene profesión conocida, y que ha pasado por todas las comisarías, no puede salir en libertad, porque va a seguir haciendo lo mismo", dice el penalista. 

"Otro aspecto del problema -continúa- es la concesión de libertades de forma anticipada a presos que están cumpliendo una condena. Por más que el Código Penal diga que el juez 'podrá disponer la libertad', ese podrá lo transforman en un deberá. Vacían el sentido de la ley y hacen una aplicación automática cuando se cumplen dos tercios de la pena. No importa que al día siguiente esté de vuelta cometiendo un delito, como pasa ahora". 

"El sistema judicial argentino no funciona. Devuelve a la sociedad personas nocivas"
Un tratamiento similar reciben las salidas transitorias, que deberían darse excepcionalmente, en casos de conducta ejemplar, pero se otorgan sin controlar demasiado. Lo mismo ocurre con la probation, que es la suspensión del juicio a prueba. Se incorporó al código para ser aplicada a algunos delitos menores, pero también se desnaturalizó en su implementación.

"Los tribunales la conceden como si fueran premios colectivos, a cualquiera y muchas veces sin exigir tareas a cambio. Es decir que quien comete un delito termina sin tener que hacer nada y evita la condena, pero el damnificado queda sin resarcimiento por los daños sufridos. La probation incluso evita encarcelamientos, porque en algunos casos se otorga a delitos más graves, en los que no se podría aplicar", dice Gerome.

"El sistema judicial argentino no funciona correctamente. Hay jueces que son muy dignos y que no se prestan a estas cosas, pero muchos otros están inmersos en ese pseudogarantismo. Devuelven a la sociedad personas nocivas que se vuelven contra ella, y lo hacen invocando cumplir un deber legal que indica todo lo contrario", sintetiza.

 


viernes, 4 de abril de 2014

FuenteovejunArgentina: el síndrome de un Estado ausente

Si algo nos faltaba a los argentinos para no diluir nuestra incapacidad de asombro lo constituyen las levas de las gentes contra la delincuencia, su persecuta y posterior  linchamiento; y esto  que pareciera suceder en un  país  cavernícola, esta irrumpiendo entre nosotros inexplicablemente en pleno siglo XXI

Un linchamiento pareciera algo de un tiempo lejano, un incidente que esta lejos de identificarnos como pueblo…matar a una persona indefensa nos remite a lo más vil de la especie…Ante esta barrabasada debemos preguntarnos porque suceden estos conatos …porque salen las gentes y están muy decididas a terminar con un prójimo…
La realidad de nuestra sociedad nos dice que la delincuencia esta incontenible…matar y robar sin motivo es algo  que se ha vuelto una rutina impiadosa…y la reiteración de alevosías pareciera haber colmado la tranquilidad de los habitantes…

Y el gobierno no da signos de querer tratar el tema como política prioritaria de estado…y los crímenes siguen, y los políticos hablan como políticos y sobre llovido la propuesta de modificacion zaffaroniana del código penal trae más dudas y debilidades que certezas a una sociedad inerme…

Y nos enteramos espantados del linchamiento en Rosario y de más de 10 intentonas en todo el país, todo esto en medio de la inacción del Estado, que divaga en su propia contundente inexpresividad y se muestra más preocupado por llenar juzgados con potenciales Oyarvides que de la anquilosada estructura judicial del país….


Y la gente dijo basta y la barbarie se apoderó de las calles  motivada como un irracional acto reflejo ante la carencia de políticas que Hablen y traten y resuelvan la cuestión  inseguridad en la Republica  Argentina 

domingo, 17 de noviembre de 2013

Dos millones y medio de vidas en la villa


Fuera de todo contrato social (para cuya firma nunca fueron consultados), incluidos en los guettos que el Estado ha pergeñado para el residual, colgados en el rincón de la declaración de los derechos humanos que habla de la “vivienda adecuada” -y enumera una serie de eufemismos ilusorios-, dos millones y medio de personas respiran, viven, desviven y mueren en más de 1800 villas y asentamientos urbanos en el país.

Dos millones y medio no figuran en los mapas, no tienen calles con nombres sino números escritos con brea, no los registran los GPS ni los centros de documentación rápida, no tienen luz sino cables colgados, no tienen gas sino garrafas cuando se puede, no tienen colectivos ni cloacas ni aire que entre por las ventanas ni ventanas ni obra social ni dentista que no arranque las muelas ni mamógrafo ni red para no envenenarse con el aire que respiran y el agua que toman.

Son 532.800 familias, según las contó la ONG Techo, en 1834 villas y asentamientos en Buenos Aires ciudad, provincia y los grandes centros urbanos del resto del país. Sólo en el conurbano (donde se apiñan 10 millones y medio de personas) están asentadas 624 villas con 1.200.000 habitantes. Y otras 56 en la capital federal, con 350.000 personas anónimas y hacinadas.

Difícilmente pueda experimentarse una inseguridad más pavorosa que la de no tener vivienda digna o adecuada, según pontifican los derechos humanos de la ONU, postulados que el mundo suele utilizar para envolver las cajas de la ayuda humanitaria que se arrojan desde el aire a Haití o Filipinas. O bien para colgarlos con marco dorado en el IVC porteño, en el Instituto de la Vivienda bonaerense o en el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación.

Tres millones y medio de viviendas nuevas serían necesarios para destrabar el hacinamiento en los centros urbanos del país. Y quién sabe cuántos centenares de miles más para reemplazar a las casas inhabitables habitadas, a las que se les vuela el techo con el primer viento, a las inyectadas de humedad, a las puestas en medio de fábricas envenenadoras o a la vera de riachuelos tóxicos.


No sólo es tener un techo y cuatro paredes. Dicen los derechos que escribieron las Naciones Unidas, hechas Estado a partir del mismo contrato social que firman los ricos y poderosos y dejan al arbitrio de su hegemonía a los desgraciados del mundo. Dicen que no sólo es tener un techo. Sino “una seguridad jurídica de la tenencia”. (En las villas y asentamientos hay tenencia de hecho, ocupación de lo que se puede, para arriba o para el costado, sin defensa ante el desalojo o el hostigamiento). “Habitabilidad” (en las villas y asentamientos no hay espacio para toda la familia, los pibes se mudan a la esquina, en el invierno se cuela el frío por todas las hendijas, en el verano el sol hierve, cuando llueve el agua entra hasta las rodillas, cualquier tormenta se lleva el techo). “Disponibilidad de servicios, materiales, facilidades e infraestructura” (en las villas y asentamientos el agua está contaminada, no entran los colectivos ni las ambulancias, los pozos ciegos rebasan, las garrafas escasean y la inseguridad es absoluta: viene del transa, el policía, el chorro o el gendarme).

“Lugar: Una vivienda adecuada (…) no debe construirse en lugares contaminados ni en la proximidad inmediata de fuentes de contaminación” (las villas 21 y 24 sobreviven al borde del Riachuelo y gran parte de sus habitantes están envenenados con zinc, cromo, mercurio y plomo; algunas familias relocalizadas irán a vivir en departamentos a 36 metros del Riachuelo; Villa Inflamable sufre diariamente la agresión del Polo Petroquímico y sus chicos tienen plomo en sangre y respiran 17 metales pesados y gases; La Carcova está rodeada por las toneladas de basura del Ceamse, donde se vive, se come y se muere. Etcétera).

Más allá de la refutación del papiro declarativo ante el que el mundo desarrollado y civilizado se hinca, el desesperante déficit de viviendas crea una zona especulativa marginal que cobra 1500 pesos una habitación ciega en la 21-24 o una pieza en un conventillo de La Boca. O termina incendiando intencionalmente el conventillo para devastar un terreno con buena cotización inmobiliaria.



La villa y el asentamiento es una masa humana anónima, emplazada fuera del mundo que se planifica. Rodeada de gendarmes para que nadie salga. El estudio de la Fundación Techo determina que una de las carencias más graves es “la escasa accesibilidad de los vecinos a los servicios básicos”. Un 56 % habló del tema. Un 35% cree que lo peor es la inseguridad. Un 33 % se queja de la falta de pavimentación y alumbrado público. El 64% de los asentamientos se inunda cuando llueve, la mayoría tienen cerca un río, en uno de cada tres barriadas hubo un incendio por lo menos en los últimos seis meses. En muchos casos los bomberos no entran a apagar el fuego.

Dos millones y medio de personas viven, desviven y mueren en lunares sociales, en isletas arrancadas del cuerpo del Estado. Mientras el problema de la vivienda se agravó en la última década, el gobierno porteño va disminuyendo nominal y gradualmente el presupuesto del IVC. Para 2014 se prevé un 19% menos. Si se cuentan las subejecuciones, a las viviendas sociales se les asignan migajas. La Nación, por su parte, suele generar planes estratégicamente colocados en años electorales, con cumplimientos atados a la pertenencia de los poderes territoriales y/o a lo que surja de las urnas.

Medio millón de familias de todo el país vive un presente en desasosiego y el futuro no va más allá del despertar de mañana. La degradación en las condiciones de vida deshumaniza y pone en riesgo el suelo que se pisa. La favelización, el crimen organizado que encuentra el anonimato donde enquistarse y el tránsito de la droga como una herramienta de exterminio torna inseguro el abordaje de cada día. Y los chicos (esa hierba entre el escombro, esa esperanza terca que no se resigna) quedan en medio de las guerras ajenas. A muchos los matan las balas perdidas, el hambre, el paco, el abandono. Pero hay otros que se aferran, pertinaces, al amanecer. Aunque apenas sea una luciérnaga.

Fuentes: Informe Fundación Techo. Defensoría del Pueblo porteña. Centro de Investigación y Gestión de la Economía Solidaria. Diario La Nación. Diario Página 12.
Por: Silvana Melo (APE)


martes, 21 de mayo de 2013

Pobreza e Indigencia en Argentina (Informe del Observatorio de la Deuda Social - UCA)


Cuatro de cada 10 menores de 18 son pobres

El número representa casi 4,8 millones de menores, según un informe de la UCA. Además, el 9,5% vive en la indigencia. Ayer se conocieron cifras oficiales sobre la tasa de desempleo, la que se ubicó en el 7,9% en el primer trimestre del año
El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer un informe cuyos datos revelan que a fines del año pasado la pobreza afectaba al 38,8% de los menores de 18 años.

La UCA proyectó, según datos del censo de 2010, que 4,8 millones de chicos viven en hogares sin ingresos suficientes para comprar bienes y servicios necesarios para la vida cotidiana y que de ellos, 800.000 (el 9,5%) están en la indigencia.
El relevamiento se realizó en 5.700 hogares de los centros urbanos con al menos 50.000 habitantes. En esos datos detectaron un avance de la pobreza respecto de 2011, cuando había sido superior al 37 por ciento.

"Luego de la crisis de 2009, las tasas de indigencia y de pobreza en hogares con niños de 0-17 años cayeron en 2010 a 8,2% y 33,4%, respectivamente. Al año siguiente, en 2011, estas tasas continuaron bajando hasta llegar a 6,4% (indigencia) y 27,4% (pobreza)", sostiene el trabajo.
Durante 2012, agrega, dado el "contexto inflacionario y nuevamente recesivo" de finales de ese año, si bien la indigencia descendió levemente a 6,1%, la pobreza se incrementó a 30,2%, añade el informe.

"De manera análoga, el porcentaje de menores de 18 años en situación de indigencia cayó entre 2010 y 2011 (de 13,8% a 9,7%), y volvió a descender en 2012 (a 9,5%). En cambio, en el caso del porcentaje de niños/as y adolescentes en situación de pobreza, si bien se reduce entre 2010 y 2011 de 44% a 37,2%, aumenta a 38,8% en 2012", destacan desde la EDSA. 
El trabajo advierte que si el Estado no pagara la Asignación Universal por Hijo ni la pensión prevista para madres de siete o más hijos, la pobreza y la indigencia entre los menores sumarían más porcentaje: llegarían al 15,9%.

El relevamiento dice que el abono de planes sociales es el 26,9% de los ingresos en hogares indigentes y el 16,2% en el caso de familias pobres.

Al mismo tiempo, el trabajo agrega que "el porcentaje de hogares con menores y de población de niños/as y adolescentes beneficiarios de AUH-M7H experimentó un progreso constante a lo largo del período. Entre 2010 y 2011, la tasa de hogares receptores de estos programas pasa de 27,4% a 27,7%, y vuelve a subir en 2012 a 29,2%".
"En cuanto a los menores de 18 años cubiertos, también se registra un aumento entre 2010 y 2011 de 29,1% a 30,7%, bajando luego levemente, aunque de manera no significativa, a 29,9% en 2012", concluye.

En cualquier caso, pese a la retracción socio-ocupacional experimentada durante 2012, la situación en materia de ingreso per cápita familiar, indigencia y pobreza sigue siendo mejor que la registrada a fines de 2010.

En este marco, en las últimas horas se conocieron cifras oficiales sobre la tasa de desempleo en la Argentina. Según el INDEC, la tasa subió a 7,9% en el 1° trimestre de 2013, mientras que la de subocupación alcanzó a 8%, lo que significa que más de 2.800.000 personas tienen problemas de inserción laboral.

lunes, 1 de abril de 2013

HAY 11 MILLONES de POBRES en ARGENTINA ..? (El 26.9 % de la población)




Lo dice un informe de la Universidad Católica que contradice las cifras oficiales. Para el INDEC hay 2,2 millones de personas pobres. Según el relevamiento de la UCA  la pobreza alcanza al 26.9% de la población. Las Causas: La inflación y el menor empleo

Las estadísticas ofíciales ocultan a casi nueve millones de pobres

Según un relevamiento de la Universidad Católica, a finales de 2012 la pobreza alcanzaba a unos 11 millones de personas, el 26,9% de la población. Para el INDEC llega apenas a 2,2 millones, el 5,5%
¿Las estadísticas del INDEC ocultan casi 9 millones de pobres y que hay más pobres que un año atrás? Es lo que se desprende de la última Encuesta del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). Según el estudio, a fines de 2012 la pobreza golpeaba al 26,9% de la población. Proyectado a todo el país arroja casi 11 millones de pobres.
En cambio, según los datos del INDEC de la segunda mitad de 2012, adelantados días atrás por la Presidenta Cristina Kirchner, la pobreza se redujo al 5,4% de las personas. Eso equivale a 2,2 millones de pobres.
La diferencia, en más o menos, es enorme: las cifras de la  UCA quintuplican las del INDEC. Pero hay más.
Mientras para la UCA el año pasado creció la pobreza, para el INDEC se redujo.
Con relación a 2011, para la UCA la pobreza pasó del 21,9 al 26,9%.
SON 2 MILLONES de POBRES MÁS.
Para el INDEC disminuyó del 6,5 al 5,4% (unos 400.000 pobres menos).
Con la indigencia pasó algo parecido porque para el INDEC la indigencia golpearía al 1,5% de la población –unos 600.000 indigentes y para la UCA es del 5,5% (2,2 millones). Y mientras para el INDEC, en un año, se redujo del 1,7 al 1,5%, para la UCA subió del 5,4 al 5,5%.
Las diferencias no son, por cierto, menores y en relación, nada más ni nada menos, que con indicadores socioeconómicos clave.Así de estas cifras se desprenden diagnósticos más que divergentes sobre la realidad social.
Las cifras difieren no por razones metodológicas. Tanto el INDEC como la UCA calculan la indigencia y la pobreza comparando los ingresos de las personas y las familias con relación a los valores de las canastas alimentaria y total. ¿Entonces donde está el problema?
En el cálculo de los precios de los alimentos y demás bienes que componen las canastas.
Es más que sabido que desde hace 6 años los índices de precios del INDEC están cuestionados a nivel nacional e internacional porque están “manipulados” y no reflejarían los valores que pagan los consumidores.
Para el INDEC, a fines de 2012, con ingresos de $ 714 o más una familia tipo (matrimonio y 2 chicos) dejaba de ser indigente. Son los “famosos” $ 6 por día por persona para acceder a las 4 comidas.
Para la UCA, con los precios promedio de las estadísticas provinciales y centros académicos, la misma canasta de alimentos costaba más del doble: $ 1.449. En consecuencia, todas las familias que para el INDEC no eran indigentes porque ganaban más de 714 pesos, para la UCA sí lo eran si percibían ingresos inferiores a $ 1.449. Lo mismo pasa con la pobreza. Para el INDEC, una familia tipo no era pobre si disponía de 1.588 pesos mensuales. Para la UCA, bien valorizada, la canasta de pobreza ascendía a $ 3.226 por mes, más del doble.
En la vasta franja de pobres no indigentes hay jubilados y pensiones pero también un gran sector que trabaja. La última Encuesta Permanente de Hogares del INDEC de fines de 2012 admite que la mitad de las personas que trabaja – 8 millones gana menos de $ 3.500 mensuales, en tanto hay 1.114.000 desocupados que no tienen ningún ingreso. En el conurbano y en provincias del Norte la pirámide de ingresos es más dramática ya que la mitad de la gente percibe menos de $ 2.500 por mes.
Buena parte de esa gente está al frente de su hogar o familia.
Según el informe de la UCA, “a pesar de los enormes esfuerzos en materia de gasto social, incluyendo los programas de transferencia de ingresos -20% de los hogares reciben algún programa social-, la marginalidad estructural continúa presente en nuestro sistema social y esto se refleja tanto en la existencia de un núcleo duro que permanece en la indigencia, como a través del incremento evidenciado en las tasas de hogares y de población en situación de pobreza”.

©  ISMAEL BERMUDEZ