Los nuevos "refugios”. Lo afirman seis de cada diez
adolescentes en un informe revelado ayer. Dejan Facebook y se vuelcan a
Snapchat e Instagram. Y crean grupos en WhatsApp.
Los jóvenes de la llamada Generación Z, que hoy tienen entre 5 y
17 años, son los nativos digitales dominantes, la tecnología forma parte de sus
vidas y están habituados a resolver la tarea con la ayuda de una computadora.
Como una consigna de época, buscan por todos los medios escapar de los espacios
virtuales que hoy ocupan los más grandes. Y tanta empeño pusieron en esta
premisa que, la mayoría de los chicos, según un estudio, afirman que sus padres
no saben lo que ellos hacen en Internet.
Y mientras el grueso de los adultos se
estacionó en Facebook y nunca más soñó con moverse de aquel palacio de la
fraternidad, los menores buscan en forma permanente nuevas redes de contención.
Así, seis de cada diez adolescentes argentinos dicen que sus padres no están al
tanto de lo que hacen en Internet, según un estudio que ayer reveló Microsoft.
Además, un 85% de los muchachitos argentinos
dicen saber más de Internet que sus propios padres. “Ellos se perciben como los
expertos de la casa y esto los lleva a tomar menos recaudos (ver Crecen los
casos de ciberacoso, página 29), a ser más crédulos y vulnerables. Lo que en
realidad ellos poseen es un valor instrumental, pero la experiencia de la vida
la tienen los adultos” explica Roxana Morduchowicz, coordinadora de la encuesta
y especialista en cultura juvenil.
“Los chicos no saben nada, sólo manejan un
control remoto que es más complejo. Nuestro deber es cuidarlos en la vida y los
consejos que uno les tiene que dar para Internet son los mismos de siempre,
pero llevados al mundo tecnológico” dice Jorge Cella director de tecnología de
Microsoft.Con el auge de la telefonía móvil, la navegación por Internet se
volvió un hecho íntimo y solitario. Así, en otros de los puntos de la muestra
–de la participaron 1200 chicos de 11 a 17 años de todo el país– se reveló que el
80% viaja por Internet sin compañía de adultos.
Y si antes el cuarto era el espacio que los
delimitaba del mundo, hoy esa función la cumplen los teléfonos inteligentes. El
gran dilema es que, a diferencia de la computadora, que es un elemento que
comparte toda la familia, el teléfono, que en la actualidad el 50% de los pibes
argentinos mantiene encendido las 24 horas del día, es un objeto personal, que
escapa a todo control. “El celular debería ser la última pantalla en agregarse
al uso cotidiano y su incorporación, recomendable a partir de los 12 años, debe
coincidir con la autonomía que vayan ganando en la vida” manifiesta
Morduchowicz.
Y si bien el medio principal que eligen los
jóvenes para comunicarse siguen siendo las redes sociales, el acceso de los nuevos
caminos está bloqueado para los padres, ya que son mundos subjetivos que
habitan en la pantalla del celular. En la actualidad, el 95% de los jóvenes de
13 a 17 y el 60% de entre 11 y 12, pertenecen a una red social.
Los nuevos espacios a los que viaja la
Generación Z, no dejan asiento libre para los mayores. Una de las estrategias
es crear grupos cerrados en WhatsApp de los que participan sólo los invitados.
Y si se trata de no dejar rastro, nada más silencioso que ingresar a Twitter
para mandar mensajes directos a los amigos.
La nueva tendencia, que abre un nuevo desafío
a la acalorada mente impúber es Snapchat, un servicio de mensajería instantánea
para el teléfono que tiene la particularidad de borrar en 20 segundos las fotos
y los videos que se reciben. Otro software que cotiza en alza es Instagram.
Luego de entrevistar a 7500 adolescentes con una edad promedio de 16 años, la
consulta de Piper Jaffray reveló que es precisamente Instagram la red social
preferida, muy por encima de Facebook y Twitter.
La pregunta del millón es ¿Por qué se exponen?
De acuerdo a las frases más repetidas, la popularidad es el valor supremo.
“Quiero tener muchos amigos y no me importa contar más cosas sobre mí”, dijo
uno de los adolescentes que participaron de la muestra. El segundo punto
destacado es que su ingenuidad les impide medir los alcances de lo que postean
“¿Por qué alguien que no me conoce va a leer lo que escribo? Y lo peor de todo,
no creen en los riesgos y viven con una sensación de inmunidad. “A mí no me va a
pasar ... Yo sé como manejarme” indicaba el chico.
Para que los datos obtenidos por esta
investigación ayuden a los padres a tomar conciencia sobre los peligros que
acechan en Internet, se filmó un comercial de 30 segundos, que durante un mes,
será proyectado en 100 salas de cines, antes del comienzo del filme.
El consejo más importante es también el más
sencillo “comportarse en Internet como en la vida real. Tener cuidado con las
personas desconocidas, no brindar datos personales y recordar que, todo lo que
subimos a Internet es de dominio público y también, muy difícil de borrar”
indica Cella.