domingo, 14 de agosto de 2016

¿De qué hablamos cuando hablamos de cultura? Una política pública sin debate





Apéndice de la economía, palanca del desarrollo social, vehículo de propaganda o excusa para espectáculos masivos: desde el Estado, a la cultura le cuesta encontrar un lugar propio


El reciente nombramiento del músico y director de orquesta Ángel Mahler, que jamás se había asomado antes a la gestión pública, como ministro de Cultura porteño y la brevedad del debate que le siguió dejaron en evidencia una constante en la gestión estatal de la Argentina: las dificultades para definir qué es una política cultural, la ausencia de reflexión en un campo que suele verse como apéndice de la economía, palanca de políticas sociales, organización de eventos públicos masivos o vehículo de propaganda, según los gobiernos. ¿De qué hablamos cuando hablamos de una política pública para la cultura y cuál debería ser su objetivo estratégico? ¿Puede o debe pensársela como parte del desarrollo nacional? ¿El concepto mismo de cultura se restringe al criterio del gobierno de turno? Interrogantes que son parte de una discusión que cada quien salda por su cuenta y en la que los funcionarios que van pasando tienen su cuarto de hora sin promover el debate.
 Como pasa en distintas áreas del Estado, la cultura incluye una cantidad y diversidad de aspectos y temáticas, que van desde la promoción de la lectura hasta la legislación, de la infraestructura de teatros y centros culturales a la formación de nuevos públicos, de los emprendimientos artísticos a los eventos masivos. Y se vincula con una multiplicidad de actores: el sector privado, el artístico no comercial, los gestores y promotores culturales independientes, los propios artistas y escritores, las distintas comunidades nacionales y étnicas, para nombrar algunos.
 Más allá de las variaciones en enfoque y prioridades de distintos gobiernos, desde ideologías diversas se destaca hoy mucho de lo que en este campo se hizo desde el regreso de la democracia. Los centros culturales de los inicios del alfonsinismo; la apertura del Centro de Experimentación del Teatro Colón en tiempos de Sergio Renán; las bibliotecas de la ciudad en épocas de Josefina Delgado; el plan de barrios de Pacho O'Donnell y la gestión del primer Darío Lopérfido, que fundó el FIBA para el teatro y el Bafici para el cine como forma de insertar la ciudad de Buenos Aires en el circuito internacional.

El actor y director de teatro Rubén Szuchmacher, uno de los primeros críticos de Mahler, señala la falta de un plan estratégico para la cultura en el actual gobierno. "El macrismo apuesta a la espectacularidad de la cultura y no a trabajar sobre su conflictividad. Básicamente le temen a la cultura, que no entienden", dice. Administrador de las salas Payró y ElKafka, ex director del FIBA y miembro del consejo asesor del Complejo Teatral Buenos Aires, Szuchmacher considera que la gestión de Hernán Lombardi en la ciudad tuvo un prestigio mediático que no se verificó en los hechos: "Hay decadencia en todas las instituciones, no sólo en el Complejo Teatral y el edificio del San Martín, al que se dejó caer en los últimos ocho años. Hay problemas en las bibliotecas, en las escuelas de arte, en los centros culturales. Lombardi tuvo una gestión basada en el mercado y no en las necesidades propias del sector".
 Szuchmacher sostiene que gestionar la cultura requiere de una constante reflexión sobre la forma de producción cultural colectiva para pensar, desde ahí, la articulación con las instituciones. "La gestión cultural debería realizar programas que nadie hace, ni los privados, ni el mercado, ni otras reparticiones de gobierno. E incorporar a los referentes de todas las áreas involucradas en la discusión sobre las políticas públicas. Pero los ministros se encierran en sus ideas", dice.

El abogado especialista en legislación cultural, docente y ex director del Incaa y del Centro Cultural Rojas José Miguel Onaindia rescata la diversidad cultural que produjo la eliminación de la censura, la apuesta al cine como instrumento de política internacional, la legitimación de las vanguardias. Sin embargo, dice, "en el menemismo y especialmente en el kirchnerismo predominó un modelo con intención hegemónica que debe ser sustituido por otro de convivencia entre formas culturales plurales y contradictorias, que vele por las minorías estéticas y su derecho a expresarse".
 Onaindia señala tres grandes desafíos para la nueva etapa: "La renovación legislativa -las leyes vigentes son obsoletas porque son preinformáticas y corporativas-, la mejora de la infraestructura cultural -la pública es vetusta en su gran mayoría o está mal diseñada- y el acceso a la cultura de toda la población, que es un derecho humano esencial".

Editora, escritora y ex directora del Instituto Goethe, Gabriela Massuh asegura que, en una sociedad donde no hay tiempo de pensar una gestión cultural pública, se la sustituye por el entretenimiento y el espectáculo. "Una política pública en esta constelación donde impera la economía no es posible porque ya no se piensa en el bienestar general sino en la ganancia para el Estado y para los desarrolladores", dice. Massuh afirma que la cultura pública necesita ocuparse de las minorías, de la formación artística, de la calidad estética, del fomento de los independientes y del sector artístico no comercial. Pero -aclara- se considera que todo eso es marginal y por eso se lo descuida.

Para salir del corto plazo

Respetado incluso por muchos de los críticos más duros del macrismo, el secretario de Cultura y Creatividad del Ministerio de Cultura de la Nación, Enrique Avogadro, reconoce que el primer problema de la gestión pública es la incapacidad de reflexionar sobre lo que se está haciendo. Coincide en que existen "muy pocos espacios donde discutir seriamente, más allá de la barricada, cómo salir del corto plazo y pensar a diez años". Avogadro opina que se da un falso debate entre cultura del espectáculo y gestión cultural y que las dos cosas deben combinarse. "Con una perspectiva regional, se ve claramente que hay una deriva de la política cultural a la cultura del espectáculo. Los ministerios solamente organizan eventos. Por eso estamos hablando con el BID para pensar la cultura como factor de desarrollo", explica.

Avogadro tiene 39 años y fue funcionario porteño durante la gestión de Mauricio Macri. Habla con preocupación de un divorcio absoluto entre la gestión cultural a nivel práctico y actores interesantes con aportes muy positivos a nivel teórico. Dice que es necesario mapear el territorio y encontrar a esos actores para promoverlos y que la Nación está abriendo mesas sectoriales en artes, en música y en el tema audiovisual para dialogar y escuchar. "El Estado no debe tener el monopolio de la política cultural", asegura.

Según Avogadro, el objetivo del gobierno es consolidar y desarrollar el gran ecosistema cultural y creativo que hay en la Argentina. ¿Qué significa eso? "Hacer foco en la gestión cultural, que tenga impacto en todo el país, que el sector público tenga una mirada innovadora. Tenemos un programa en gestión cultural pública en todo el país y otro que ayuda financieramente a universidades públicas que tienen que ver con las artes y la cultura. Además, existe el programa Puntos de Cultura para fomentar el amplio campo de la cultura pública no estatal con una inversión de veinte millones de pesos y una convocatoria abierta todo el año."

Para el sociólogo y escritor Hernán Vanoli, en la Argentina la especificidad de la cultura nunca termina de quedar clara. Es utilizada como rueda de auxilio de políticas de contención o desarrollo social o como rama de un ministerio de producción o de economía: la economía creativa y las industrias culturales. "El kirchnerismo y el macrismo privilegian la dimensión económica, uno desde una perspectiva populista-desarrollista focalizada (subsidios para los pobres o no rentables, reuniones y entornos de negocios para las clases medias) y otro desde una perspectiva similar pero sin subsidios y con el curioso sistema del mecenazgo. Nadie sabe cuáles son los objetivos de la gestión cultural por cada disciplina, ni cómo esos objetivos se concatenan en un plan más general", dice.

Editor de la revista Crisis y co-creador del sello independiente Momofuku, Vanoli entiende que la idea es que el Estado funcione como una especie de lubricante para un sistema que se supone que se autorregula y, en el mejor de los casos, como un federalizador de recursos. "La figura que se privilegia siempre es la de la gestión, que es lo opuesto a la imaginación, y a fin de cuentas las partes más redituables de esta economía siempre quedan en manos de privados. Bajo la idea de tolerancia y de respeto a la diversidad, y bajo la supuesta confianza en la eficiencia del mercado como donador de recursos, se incuba la imposibilidad de pensar una inserción virtuosa de la producción cultural en un plan más ambicioso de desarrollo nacional."

Desde el Ministerio de Cultura, Avogadro -en parte- coincide. "Tenemos estructuras de fomento como el Incaa, el Instituto Nacional del Teatro o el Fondo Nacional de las Artes pero muchas veces se limitan a repartir fondos y tienen poca capacidad de reflexión sobre la planificación estratégica. Lanzamos un laboratorio de innovación cultural que busca pensar permanentemente la forma en que gestionamos cultura en la Argentina. El ministerio de Nación estaba muy concentrado en la ciudad de Buenos Aires. Estamos trabajando con provincias y municipios porque es la única forma que tenemos de tener impacto en el territorio."

Formar ciudadanos

Un capítulo específico dentro de la política cultural tiene que ver con la lectura y la producción editorial, un campo sumamente activo en la Argentina y, junto con otras manifestaciones artísticas, el que se supone cerca del objetivo de formar ciudadanos críticos. ¿Qué debería hacerse desde el Estado para potenciar la lectura y al mismo tiempo acompañar los proyectos de autores y editoriales independientes nacionales? Leandro de Sagastizábal, presidente de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), dice que lo primero es tener un presupuesto para eso. "Conabip lo tiene y lo destina a cuatro tipos de acciones: la compra del material de lectura, la capacitación de bibliotecarios, el fortalecimiento en infraestructura y tecnología, compras de computadoras y recursos para conexiones a Internet, y, por último, acercar a los escritores a esos espacios", cuenta.

Para Gabriela Adamo, directora del Filba y ex directora de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, son temas distintos que requieren estrategias diferentes pero que tienen en común la necesidad de "potenciar la demanda": si hay más lectores, a la larga se beneficiará también a las editoriales y los autores. "En busca de avanzar en la construcción de ciudadanía y pensamiento independiente, creo que la prioridad debería estar puesta en el estímulo a la lectura. Es, también, lo más difícil de implementar y de evaluar."

Sumar lectores y trascender a la vez el círculo cultural de la ciudad de Buenos Aires, explica Adamo, no resulta sencillo con distancias que encarecen todo viaje y comunicación. Sin embargo, recomienda trabajar con instituciones que ya hayan ganado terreno como la Conabip, la Fundación Mempo Giardinelli, la Red de Bibliotecas Escolares o el Filba Nacional. De Sagastizábal dice que ése es, precisamente, el punto de partida. "No hay modo de gestionar si no se recorre y conoce el terreno; heterogéneo en lo geográfico, en lo social, en lo cultural", dice.

Para Vanoli, lo que queda claro es que la Argentina carece de un proyecto para la cultura como existe -con distintos criterios- en otros países: "No se dinamiza la cultura popular como sucedió en los Puntos de Cultura de Brasil, no se financia a los creadores con estímulos a la producción como en México o Chile, no hay políticas agresivas de defensa y difusión del idioma como tiene Francia, y tampoco existe un sistema de premios o competencia fomentado por el mercado interno y la filantropía, como pasa en Estados Unidos".

Actual coordinador general del Instituto Nacional de Artes Escénicas de Uruguay, Onaindia rescata del país en el que trabaja el sostén de políticas públicas más allá de los turnos políticos, la fortaleza de las instituciones y la preocupación por programas de accesibilidad. De España, el trazado de una red en todo el territorio de instituciones públicas nacionales y locales de impecable renovación tecnológica y de Colombia, la utilización de la cultura como instrumento para la integración social.

Adamo menciona la experiencia de las bibliotecas de Medellín, que lograron instalarse como un lugar alternativo a la violencia y la pobreza y posicionar la lectura como mejor opción.
También Avogadro resalta los parques bibliotecas de Medellín y el caso de Vale Cultura en Brasil, que estimula la demanda al darle un porcentaje de recursos adicionales a la población sólo para consumir en bienes y servicios culturales. De Sagastizábal elige valorar experiencias locales como la de las llamadas bibliotecas piloto o las salas híbridas que funcionan en San Juan, donde se experimenta con lo digital.

En un campo donde las miradas pueden ser antagónicas, el acuerdo generalizado es la falta de debate y la necesidad urgente de iniciarlo; cómo poner en marcha un proyecto cultural ambicioso que obligue a todos a abandonar la comodidad; cómo incorporar lo que hoy sobrevive en los márgenes; cómo pensar la cultura en la era digital y, finalmente, cómo se vincula todo eso con el rumbo político y económico del país. Parte del desafío que sigue pendiente.

 Diego Genoud- para LA NACION - Domingo 14 de agosto de 2016

Quién llevó a Lazaro Báez a los libros?

Lázaro, levántate y lee  /  Matías Serra Bradford

Entre los cientos de libros hallados con los bienes del imputado Lázaro Báez apareció una edición del siglo XVI de La Divina Comedia. Una obra significativa, hace siglos y hoy. El infierno dantesco tiene la forma de un cono de hielo. Es frío como la Patagonia de la que provienen los ejemplares que "pertenecían" a un hombre que, a largo plazo, no supo leer la realidad. Las primeras líneas de la obra son oportunas: "En el medio del camino de nuestra vida / me encontré en un bosque oscuro / porque la vía recta se había perdido".

Quizá Báez ignore que La Divina Comedia se divide en tres partes: Infierno, Purgatorio, Paraíso. Dado que su especialidad han sido las inversiones, ayudado por las circunstancias se podría decir que a esas etapas las está viviendo al revés. Ahora estaría atravesando el Purgatorio y en breve ingresaría al Infierno. Si Báez desconoce que en los círculos del Infierno el poeta florentino supo compendiar un generoso repertorio de debilidades humanas, algún amigo que le quede tendrá a bien acercarle un ejemplar económico de la obra.

Allí podrá enterarse de cómo define Dante a los condenados de esos endemoniados círculos: los bandidos, los lujuriosos, los golosos (son arrojados al fango), los derrochadores, los embaucadores (reciben azotes de látigo), los aduladores, los malversadores, los hipócritas, los ladrones (se los deja entre serpientes), los falsificadores, los traidores, los consejeros fraudulentos (que caminan entre llamas). No será la primera vez que un lector se identifique con los protagonistas de un libro. En esta inmejorable lectura penitenciaria, Báez tendrá además la oportunidad de ponerle una etiqueta a cada uno de los que mejor conoció. (La escandalosa actualidad de la obra nos recuerda que al publicarla Dante causó polémica infiltrando nombres y apellidos reales, de su época, entre los personajes ficticios.) En el mundo hay celebridades que han sido coleccionistas de libros, y en la Argentina ha habido frecuentes episodios de piratería de ejemplares, pero el caso de un malabarista político y operador financiero que fuera construyendo una biblioteca de incunables y primeras ediciones es probablemente una novedad total en la materia. Y otro hito en el turbio currículum de este más que dudoso lector. ¿Lázaro entre libros? Es cierto que parece otro espejismo de ruta patagónica. Invertir en viejo papel impreso no es un negocio común; a lo sumo es una práctica habitual entre libreros de ocasión y libreros anticuarios. Pero tal vez este ex bancario olfateó algún dividendo en el rubro. O a lo mejor pensó que, al tratarse de libros, ni cómplices ni sabuesos poco leídos caerían en la cuenta del valor de reventa de esas posesiones exhibidas en sus estantes o catacumbas. O especuló con arrimar esos ejemplares a lomos similares, pero falsos, para que otros creyeran que detrás de ellos sólo había cedés de música nacional y popular. En lo que sí coincide Báez con la mayoría de los coleccionistas fanfarrones es que no aspiró a esos libros para leerlos. (Por otra parte, los más valiosos ejemplares de su colección están en otro idioma y fuera de un castellano reticente a Lázaro no se le conoce otra lengua que la universal del dinero).

Hay una pregunta clave que sigue viciando el aire puro de los ingenuos y curiosos: ¿Pero quién llevó a Báez a los libros? ¿Quién fue el lazarillo de Lázaro en esta aventura libresca, aquel que le señalaba exactamente qué títulos y ediciones apresar? Habiendo miles y miles de libros únicos en el mundo, ¿qué lo llevó a ediciones antiguas del Dante, de Cicerón, Séneca y Ovidio? ¿Pensaba tomar clases de oratoria de Cicerón, para una hipotética carrera política? ¿Creyó que la Metamorfosis de Ovidio era una gran metáfora sobre la potencia transformadora del dinero? ¿Fue un visionario que supo que debía recurrir al estoicismo de Séneca para enfrentar las horas que se le avecinaban?

La lectura es una de las actividades más democráticas del mundo. Muchísimas personas pueden acceder a ella a un costo relativamente pequeño -abundan las mesas de saldo con clásicos y otros títulos nada despreciables- y se la conoce, entre otras cosas, como un probado vehículo de progreso, personal y profesional. No sucede lo mismo con el coleccionismo, que además de un cierto gusto y una imprescindible codicia, exige un bolsillo abultado. A propósito, un librero anticuario se distingue por su recato y no pregunta jamás por el origen de los fondos.

Lázaro Báez, hombre de mirada escondida, tendrá por delante largos ratos para leer. O para seguir tejiendo (oficio que conoce de sobra): junto a clásicos en valiosas ediciones, en los estantes de su chacra se halló una edición popular de "La biblia del crochet". No debería perder las esperanzas de convertirse en un gran lector: le ha sucedido a no pocos presos y es probable que los libros le presten más consuelo que los diarios.

 

viernes, 12 de agosto de 2016

La PC cumple hoy 35 años






Fue presentada por IBM en Nueva York y Boca Ratón simultáneamente; esperaban vender 241.000 equipos en el curso de 5 años, pero muy pronto estaban cubriendo esa cuota por mes; cómo era el mundo entonces y por qué aquella plataforma se convirtió en el estándar del mercado

Un 12 de agosto de 1981, en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York y en su sede de Boca Ratón, Florida, IBM presentó en sociedad el modelo 5150, mejor conocido como IBM/PC. En 2011, entrevistado en ocasión del trigésimo aniversario, Dave Bradley, uno de los 12 ingenieros que crearon la PC, mostró una foto del clima de la época. "Nos habían anticipado que venderíamos 241.000 computadoras en el curso de 5 años. Pero para 1987 ya habíamos despachado 3 millones de equipos". 

Traducido: el departamento de finanzas de una de las compañías más grandes del mundo -tenía medio millón de empleados en esa época- y que concentraba buena parte del poder de cómputo disponible, fue incapaz de ver la revolución que se venía. Es lógico. El mundo en el que el gigante azul presentó su computadora personal era tan diferente del actual que no parecen haber pasado 35 años. Parece haber pasado un siglo.

Es raro, porque los datos históricos coinciden con nuestra percepción del pasado. En 1981 nacen MTV y Metallica, una de las bandas que más se opondrá a los sitios para compartir música por Internet. Se detectan los primeros casos de SIDA y Estados Unidos estrena el transbordador espacial. En el Vaticano, Alí Agca balea al papa Juan Pablo II y, en Washington DC, John Hinckley atenta contra la vida de Ronald Reagan. Sale de fábrica el primer De Lorean, que en 1985 protagonizará, convertido en máquina del tiempo, la película Volver al Futuro. Muhammad Alí pelea su último combate -es derrotado- y Gabriel García Márquez publica Crónica de una muerte anunciada.

En la Argentina, todavía bajo la dictadura, asume Roberto Viola como presidente; antes de que termine el año será reemplazado por Leopoldo Galtieri. Este es el año en el que mueren Ricardo Balbín, Antonio Berni y Bob Marley. En 1981 nacen Jessica Alba, Natalie Portman, Beyoncé, Serena Williams, Elijah Wood, Justin Timberlake, Maxi Rodríguez y Roger Federer, entre otras figuras de hoy. Mark Zuckerberg, que fundará Facebook, todavía no llega al mundo.

En términos de tecnología, sin embargo, el de 1981 parece un ambiente prehistórico. Las personas tienen en sus casas solamente un teléfono -en el caso de la Argentina lleva años obtener una línea- y el resto del tiempo no hay modo de comunicarse con familiares, colegas y amigos; los celulares, raros, carísimos y pesados, llegarán este año a los países nórdicos, luego de su debut en Japón en 1979. Para Movicom faltan todavía 8 años.

En un mundo sin smartphones ni GPS

El de 1981 es por lo tanto un mundo sin smartphones ni computadoras; tampoco hay GPS para uso civil (eso llegará en 1989) ni pantallas táctiles. La televisión a color acaba de aterrizar en la Argentina (en 1978), pero los televisores son (y seguirán siendo durante mucho tiempo) pesados y de baja definición. Las películas se ven en el cine o en VHS. La música se oye en la radio, en casete o en discos de vinilo; algunos han adoptado un dispositivo revolucionario, el Walkman, lanzado por Sony dos años atrás. Los vehículos contaminan como si no hubiera un mañana y llamar por teléfono al extranjero cuesta tiempo y dinero. Todavía no ha nacido Internet, así que hay que arreglárselas sin Google, Facebook, Wikipedia, Twitter, Netflix y WhatsApp. En las oficinas, el timbre de los teléfonos, el repiqueteo de las máquinas de escribir y el humo de los cigarrillos crean un clima que horrorizaría al más corajudo de los Millennials.

Sacar fotos implica revelar un rollo e imprimir copias, proceso que demanda entre una y dos semanas. Filmar es todavía más arduo y sólo a mediados de la década lograrán cierto éxito, en los países industrializados, las cámaras de video analógico portátiles. Lo de grabar o sacar fotos con el celular todavía habita en el terreno de la ciencia ficción.

Las computadoras de la época

Por supuesto, ya hay algunas computadoras en los hogares, como las ZX80 de Sinclair, las TRS-80 de Tandy y la Apple II, pero en ese contexto no dejan de ser todavía un hobby. En las oficinas, sin embargo, la historia es muy diferente. La Apple II, obra maestra de Steve Wozniak, se está ganando un espacio en los departamentos de finanzas de las empresas pequeñas y medianas, gracias a un tipo de aplicación que sería clave en la popularización de la plataforma: la hoja de cálculo. La tatarabuela del Excel se llama VisiCalc y es muy posiblemente la piedra angular que transformará el hobby nerd en herramienta de trabajo seria. Cuando tal cosa ocurre, la Apple II parece en el radar de una IBM que no pasa por su mejor momento y que está llegando tarde a un mercado que buena parte del directorio desprecia, pero en el que ya están participando Data General, Hewlett-Packard, Texas Instrument y Wang.

Pese a la sensación generalizada de que el campeón de los centros de datos no podría competir en el mercado de micro computadoras, un grupo reducido, experimental, al margen de los grandes negocios de la compañía, emprende la odisea de crear una computadora personal en sólo un año. Lo llaman Proyecto Chess. Profético, porque será un jaque mate. Incluso contra la propia IBM.

Una arquitectura abierta

Para lograrlo, echarán mano de algunos proveedores externos. Crearán, con esto, imperios. Intel, que ya tenía lazos con IBM, le suministrará el cerebro electrónico. Una Microsoft de sólo 30 empleados se ocupará del sistema operativo. El astuto Bill Gates es consciente de que no puede desarrollar tal cosa en un año, pero sabe dónde adquirir un sistema y adaptarlo; será una movida genial que en menos de 20 años habrá colocado su compañía en el primer puesto de las mejor valuadas del mercado.

Para persuadir a los fabricantes de hardware de lanzar periféricos compatibles con la PC, IBM registra el software básico del equipo bajo una licencia de copyright convencional, y de esa manera da origen a los clones, que se multiplicarán sin cesar. Gracias a esta masa crítica, la PC se transforma muy pronto en el estándar del mercado, y será el centro de la revolución digital durante 26 años, hasta el lanzamiento del iPhone. Fue clave en la popularización de Internet, que no habría tenido sentido sin computadoras personales pequeñas y accesibles, y llevó al gran público el poder de cómputo, hasta entonces confinado en grandes empresas, universidades y organismos de gobierno.

De arquitectura abierta, compatible con el software y el hardware de cualquier compañía que quisiera participar, la PC creó un ecosistema que impulsó los avances técnicos como nunca antes se había visto. La primera PC tenía 64.000 caracteres (o bytes) de memoria RAM. Una máquina actual tiene 6000 millones; es decir, en 35 años creció más de 90.000 veces. El modelo 5150 no venía con disco rígido, pero la siguiente generación (llamada XT) ofrecía unidades de 5 millones de bytes. Un equipo de hoy está en el orden del billón de bytes; 200.000 veces más. El costo del poder de cómputo es tal vez uno de los datos más impresionantes de esta historia. En 1984, mil millones de operaciones aritméticas por segundo -una de las formas de evaluar el poder de cómputo- costaba más de 50 millones de dólares (actuales). Hoy su precio es de menos de 5 centavos. En términos más sencillos, no sólo ahora cualquiera puede comprarse una Ferrari, sino que además cuesta monedas.

Durante los últimos 3 años, las ventas de PC no ha hecho sino caer. Es lógico. Con la aparición de los smartphones, que son en rigor computadoras de bolsillo, el mercado encontró la primera oportunidad verdadera para sincerarse. Tenía mucho más sentido leer el mail en el subte o mirar las redes sociales usando un dispositivo portátil que una notebook o una gruesa estación de trabajo. Luego de más de un cuarto de siglo de concentrar todo lo digital, la reina de la informática dejó el centro de la escena. Pero son sus descendientes, de diverso estilo y formato, los que mueven el mundo. La razón es simple. Si le diéramos a un smartphone un microprocesador tan potente como el de una computadora personal, su batería duraría unos pocos minutos y si se lo forzara a trabajar al máximo durante mucho tiempo, la temperatura aniquilaría sus circuitos.

Por eso, las PC siguen siendo la herramienta del que escribe, programa, lleva hojas de cálculo o edita fotos y video. Esa Internet a la accedemos desde los móviles como si fuera intangible, es cualquier cosa menos una nube; millones de servidores están tras las bambalinas de Facebook, Google y Twitter, detrás de Netflix y Spotify, detrás de MercadoLibre, Amazon y Dropbox. Los efectos especiales del cine y las simpáticas películas de animación dependen de estaciones de trabajo y más granjas de servidores.

Un día, claro está, lograremos reducir estas máquinas de enorme potencia (de hecho, en términos absolutos, ya lo hemos hecho) al tamaño de un dedal y no está lejos el día en que podamos controlar las interfaces usando nuestras mentes. Por ahora, sin embargo, 35 años después del histórico lanzamiento de IBM, las desktop, las notebooks, las estaciones de trabajo y los servidores siguen siendo haciendo latir el corazón de la revolución digital.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1927129-la-pc-cumple-hoy-35-anos

lunes, 8 de agosto de 2016

BUFON…

Barañao trató a un referente de Carta Abierta de "Bufón"

El ministro Lino Barañao de Ciencia y Tecnología salió al cruce del intelectual K Horacio González, ex Director de la Biblioteca Nacional, que lo trató de "personaje turbio".

En la previa de una charla de Cristina Fernández de Kirchner en la Facultad de Filosofía y Letras, de la UBA, HORACIO GONZÁLEZ calificó de "personaje turbio" al ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao.

Y esta mañana, el único ministro de la gestión kirchnerista que continuó en funciones con Cambiemos, salió a responderle.

"Lo que hizo Horacio Gonzalez fue una bufonada para conseguir adhesión del auditorio", dijo Barañao, en diálogo con Radio con Vos 89.9. El funcionario reconoció: "Hay un sector del kirchnerismo al que le molesta la continuidad en mi cargo, porque no puede criticar por completo al gobierno".

E insistió contra el ex titular de la BIBLIOTECA NACIONAL, uno de los intelectuales referentes del espacio Carta Abierta: "Insultar a otro para hacer reír como Gonzalez es típico de bufones".

"Habría que reflexionar sobre espacios de intelectuales, como Carta Abierta, que no tienen autocrítica", expresó.Finalmente, el ministro destacó la decisión del Gobierno de Macri de dedicar de 8 puntos del presupuesto, 1 punto a la ciencia. Y concluyó: "Mi gestión tiene consenso en la comunidad científica".

No es la primera vez que Barañao es criticado por el kirchnerismo. Adrián Paenza, periodista científico identificado con la gestión K, lo había cuestionado en su primer programa en la TV Pública, tras la asunción de Macri.

Fuente : Clarín miente


domingo, 7 de agosto de 2016

Ordenar los espíritus llevará tiempo…



Acomodar el descalabro y ordenar los espíritus llevará tiempo…

El año pasado y consecuente con mi condición de biblio-ciudadano, publique en la lista de correo de ABGRA varias opiniones, entre las cuales cuestionaba el uso de la biblioteca nacional (patrimonio de todos los argentinos) que disponía el ex. Director Horacio González; convirtiendo ese emblema de la cultura nacional en un Aguantadero de Carta Abierta: Espacio de " intelectuales" cuya misión excluyente era escarchar y descalificar  toda manifestación contraria  a los designios políticos que se ordenaban desde Balcarce 50.

En el listín de Abgra, como imaginaran una treintena mas o menos de bibliomilitantes, patrullaban todo lo que se movía y en lo personal recibí importantes epítetos, esperables de gente con una formación ideológica, cuyos espejo eran los popes de  Venecuba. Te mandaban e.mail privados, contestaban escalonadamente, tenían ( tendra ahora?)  una gimnasia política comprometida con el modelo.

También, en el mencionado listin de Abgra,  hacia mención al manejo discrecional de los dineros públicos, a la soberbia de llevarse todo por delante, al uso de los bienes patrimoniales del estado como propios :todo ese torbellino enmarcado en aquella frase poco feliz de mediados de 2012, pero que denotaba los verdaderos objetivos de la fracción gobernante “El vamos por todo” fue una señal, cual  una orden de copar todo aquello que fuese  funcional a una política cada día mas alejada de la constitución y la republica.

Empero en  nuestro país la democracia llego para quedarse y para que los políticos periódicamente, rindan cuenta de sus cometidos. Y en noviembre ppdo. y esto dicho sin hipérbole y parafraseando a Borges “a los ciudadanos no los unió el amor…sino el espanto”

En estos últimos meses, en este largo y transido camino, observamos como el funcionamiento  de uno de los tres poderes de la republica esta haciendo ventilar un muy desagradable aroma, indicativo que algo se estaba descomponiendo en nuestro país…

El desfile de personajes, otrora todo poderosos en los estrados judiciales, le esta devolviendo a la argentina la identidad de un país que vuelve a apuntalar sus instituciones.

Cuando surge alguna nueva noticias de los escándalos cleptocraticos, y alguien las divulga, aparecen los leales compañeros/as que se resignan a creer que tantos papeles verdes pudieron desnaturalizar un proyecto político inclusivo.

En aquel entonces ( no hace mucho)  sugería a los colegas hacer  un 678Bibliotecario, así desde ese espacio-grupo podrían converger la militancia afin   para el desarrollo de sus propuestas. Obviamente que si lo hacían no tendrían una performance satisfactoria.      Pero eso si,  a veces se les escapa alguna agresión personalizada; es algo que puede suceder y ocurrirá por algún tiempo. En los foros bibliotecarios debe  imperar el disenso plural y el respeto.

A pasado el  tiempo y cuanta vigencia tiene aquel apotegma del General “Para un argentino no puede haber nada mejor que otro Argentino”

Acomodar el descalabro y ordenar los espíritus llevará tiempo…

sábado, 6 de agosto de 2016

POR LAS LIBRERÍAS: San Telmo renueva un circuito mucho más que literario



Dedicadas al arte o a las ciencias sociales, a los chicos o al cine, en el barrio más porteño se traza una ruta con diez estaciones culturales ideal para andar el fin de semana

A las ya clásicas librerías del barrio más porteño se sumaron en pocos meses otras dos con ideas nuevas y perfil propio: Urquiza y Caburé. Algunas especializadas, otras generales, que habitan el espacio de un museo con catálogos de colección o que dominan soberanamente esquinas; de libros en inglés seleccionados con esmero o provenientes de bibliotecas privadas acuñadas con fervor. Todo se recicla, el tiempo añade distinción a las ediciones del pasado y a las nuevas las perfecciona el estilo: un circuito de librerías en San Telmo para amantes de los libros, de los libros de arte, del arte de hacer libros y del amor por la lectura.

…….sigue………



“El lado oscuro del coleccionismo”

Harán una muestra con la colección de libros históricos secuestrados en la casa de Lázaro Báez

Tiene en total 312 ejemplares de reconocidos autores argentinos. La Biblioteca Nacional le pondrá un sugestivo nombre a la exposición.

"El lado oscuro del coleccionismo" será el título de la muestra que, en los próximos meses, planea abrir la Biblioteca Nacional con la colección de libros antiguos secuestrados por la Justicia en unas de las propiedades del empresario kirchnerista Lázaro Báez. El acervo, que incluía ediciones de ejemplares datados desde el siglo XVI, había quedado a resguardo de la institución como "depositaria judicial", como informó Clarín, después de los allanamientos del mes de abril por la causa de lavado de dinero en la que está procesado Báez.

Una vez recibida la autorización del juez federal Sebastián Casanello, la Biblioteca podría abrir las 22 cajas que contienen las 312 ejemplares que especialistas de la institución consideraron de "alto interés económico, histórico y cultural" y exhibirlos con un fin educativo. Otros especialistas, en cambio, relativizaron el valor económico de los libros. Entre otros materiales podrían verse ediciones impresas en Venecia, primeras ediciones de Borges, cartas de Evita y bibliografía peronista.

El descubrimiento se hizo a mediados de abril, cuando la Policía entró en una casa de Lázaro Báez en Río Gallegos. Buscaban riquezas ocultas. Encontraron un bolso de Báez con 90 mil dólares pero se toparon con algo insospechado: una pequeña biblioteca formidable.  Báez guardaba en vitrinas bajo llave "ediciones príncipe" de literatura argentina, política e historia. El constructor tenía también un ejemplar de la autobiografía de Evita, "La razón de mi vida", firmado por su autora. Y una de las obras de Juan Perón, "Del poder al exilio", también firmada por el General. También, "Mundo de siete pozos", un libro infantil de Alfonsina Storni.

Algunos de las obras parecían hasta jugar en clave con el contexto. Uno de los ejemplares es la primera edición de "Historia Universal de la Infamia", de Borges, con su galería de estafadores y falsarios. También figuran "Discusión", una colección de ensayos, y "Evaristo Carriego", en el que Borges celebró al poeta de Palermo.

Fuente: http://www.clarin.com/politica/Haran-historicos-secuestrados-Lazaro-Baez_0_1627037350.html

 

viernes, 5 de agosto de 2016

"ANTE LA LEY, SOMOS TODOS IGUALES" / Adolfo Pérez Esquivel



 

"ANTE LA LEY, SOMOS TODOS IGUALES" Adolfo Pérez Esquivel habló de Hebe de Bonafini

En medio de la resistencia ante la Justicia de la titular de Madres, el Premio Nobel de la Paz repudió la "corrupción provenga de quien provenga"

rebeldía ante la Justicia que aún mantiene Hebe de Bonafini causó una inmediata repercusiones en el sector de Derechos Humanos. Pero no todos la apoyaron incondicionalmente a la titular de Madres de Plaza de Mayo, que fue citada a declarar en la causa "Sueños Compartidos". Por caso, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel aseguró que "ante la ley somos todos iguales".

"No se puede apoyar la corrupción provenga de quien provenga", dijo el referente al cuestionar que la presidenta de Madres no se haya presentado ante el juez Marcelo Martínez de Giorgi. "Uno no puede apoyar bajo ningún punto de vista cualquier tipo de corrupción provenga de quien provenga", respondió el Premio Nobel de la Paz de 1980 cuando en radio Belgrano se lo consultó sobre la situación de la presidenta de Madres.

Añadió que Bonafini "tendría que haberse presentado porque ante la ley somos todos iguales". Sin embargo, consideró que el juez, teniendo en cuenta "la edad" avanzada de la dirigente y que se trata de una "luchadora por los derechos humanos", tenía que haber tomado la declaración indagatoria en el domicilio de la imputada.

"[El magistrado] podría haber hecho alguna otra cosa y no todo este escándalo con Guardia de Infantería, gente armada, como si [Bonafini] fuese una delincuente, porque toda persona es inocente hasta que se compruebe lo contrario", sostuvo.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1925143-adolfo-perez-esquivel-hablo-de-hebe-de-bonafini-ante-la-ley-somos-todos-iguales

domingo, 31 de julio de 2016

Anécdotas de librería: las historias más increíbles que se escuchan entre anaqueles

Una edición del Martín Fierro ilustrada por... Botticelli, compradores de libros que no existen y otros despistados; curiosidades desopilantes y asombrosas

¿Tiene algún libro con el pronóstico del tiempo para el resto del año? ¿Venden pasta de dientes? ¿Puedo dejar acá a mis chicos y en una hora los vengo a buscar? ¿No tienen algún libro con mi nombre? ¿Es una librería pacifista ésta que no tiene una sección de guerras y armamento? ¿Tiene algún libro de este tamaño, así me entra en la estantería?

El oficio del librero, lejos de ser el de una persona que se pasa el día leyendo, está a veces rodeado de anécdotas que tienen como escenario su lugar de trabajo. En estos espacios, se dan condicionantes particulares: se debe permanecer en silencio, el producto se puede consumir en el local (hay quien acude específicamente a leer) y los temas de conversación entre cliente y vendedor pueden ser tan variopintos como la infinidad de tramas que recogen los textos. El libro de Jen Campbell, Cosas raras que se oyen en las librería (Malpaso), que acaba de distribuirse en la Argentina, da una versión. Los libreros argentinos tienen muchas más. Más de una situación a la que se refiere la autora se repite en las librerías porteñas, como las habituales confusiones con los nombres de títulos y autores: Saimon Mur por Sailor Moon, Uruguay por Paraguay o pensar que en un local se alquilan libros porque se llama Aquilanti. En una ciudad poblada de librerías, como Buenos Aires, las historias curiosas no escasean.

La ficción, en ocasiones, parece cobrar vida fuera de las páginas y surgen escenas protagonizadas por clientes despistados, lectores fanáticos o vendedores de libros de usado pretensiosos. Sin embargo, recalcan los libreros, "siempre aprendemos cosas de nuestros clientes y les estamos agradecidos", como afirma Lucio Aquilanti, de la librería Aquilanti&Fernández Blanco.

Entra una señora en la Librería Casares (Suipacha 521) y le pregunta a su propietario, Alberto Casares, si tiene el Martín Fierro ilustrado por Botticelli. "Tratando de disimular mi perplejidad, le digo que nunca he visto esa edición. Ella insiste, entonces le digo que me deje su telefóno y que, si la consigo, la llamo. Ella se fue tranquila, y yo todavía lo estoy buscando entre los incunables del siglo XV", cuenta el librero.

"También están los que vienen a vender fotos o lámparas de bronce o algunos que te llegan a preguntar si vendés libros", cuenta José Luis Sierralta, librero de El Rufián Melancólico, de San Telmo.

En la Librería Aquilea, hay un cliente habitual: el señor D'Aloisio, que compra biblias. El responsable del local, Hernán Lucas, autor del libro Aquilea. Crónicas de una librería (que también recopila este tipo de anécdotas), explica que D'Aloisio, después de pagar las biblias, le pide "que les borre el precio y, en ese lugar, escribe su nombre. A veces, para obtener una biblia nueva, me vende alguna, pero siempre las recupera. Le es fácil comprobar cuáles son las «suyas»: busca su firma. Cuando viene a comprar y no encuentra, al rato vuelve para venderme alguna. Lo que él en realidad busca es mantener un equilibrio entre sus biblias y las de mi librería", apunta el librero.

"¿Me contás un cuento?", le dice un chico a Liliana Libedinsky, dueña de la librería Caleidoscopio, de Belgrano, donde una pregunta habitual de los clientes es el clásico: "¿Te leíste todo lo que tienen acá?".

Como síntoma de su amor por los libros, otros han llegado a las librerías con valijas. Aunque no exactamente para cargarlas con volúmenes. Sandro Barrella, de la Librería Norte, en Recoleta, recuerda una visita del poeta chileno Gonzalo Rojas, que llegó en taxi y con su maleta: "Pasó antes por la librería que por el hotel".

En el lado opuesto, se dan casos de madres que se niegan a pagar libros que estropean sus hijos "porque así de dañados" ya no los quieren; ladronzuelos redimidos que, al preguntar al librero si hay cámaras en el local y ser la respuesta afirmativa, se sacan el libro de la campera y lo devuelven, o quienes quieren cambiar regalos comprados en otras librerías.

Ficción y realidad

Claudio Díaz, de la librería Entelequia (Belgrano), cuenta que varios clientes le han preguntado por el Necronomicón, libro mágico ficticio inventado por Lovecraft, con el que sus personajes invocaban demonios. El novelista dio datos ficticios sobre el mismo y de las supuestas ediciones que se habrían distribuido por el mundo. "Lovecraft decía que existían copias en latín y en otras lenguas, pero es parte de su relato, pero acá me lo pidieron varias veces. Borges potenció la creencia de que había una copia en latín en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, pero el libro no existe."

Lo que sí es real y se repite son situaciones en las que quedan reflejadas las pasiones que despiertan estos objetos de tinta y papel en algunas personas.

El dueño de El Rufián Melancólico ha visto a clientes enojados romper sus libros en la puerta del local ante la negativa del librero a comprarlos, y, hace años, no salió de su asombro cuando, tras comprarle a una mujer una colección entera de las obras de Vargas Llosa por muy poco dinero, ésta le dijo que lo único que quería era deshacerse de inmediato de esos libros "y ver la cara que va a poner mi marido, que se fue con una de 21 años, cuando vea que se los vendí".

Miguel Ávila, dueño de la emblemática Librería de Ávila (Alsina 500), fue testigo de un episodio similar, aunque, en su caso, el esposo de la mujer que le vendió una colección acababa de fallecer. "Yo le avisé que, cuando lo enterrara, al día siguiente le iba sacar toda esa basura. Lo único que hacía era encerrarse a leer", dijo la mujer al librero.

Ávila cree que el libro es, para el lector, "una amante peligrosa. Hay mujeres que prefieren que las engañen con otras a que su hombre sea un adicto a los libros. El libro, además de ser antiestético, de juntar tierra y polilla, y de que vale plata, roba tiempo, tiempo que se le saca a la pareja". Sin embargo, otros, como Lucio Aquilanti, han encontrado en los libros el amor. Conoció a su pareja después de que ésta le vendiera unas valiosas obras.

Hernán Lucas, de Aquilea, también halló una sorpresa entre las páginas: "Con el neuropsiquiátrico que está al lado y el sex shop que está enfrente, mi librería forma un triángulo, como el de Las Bermudas, pero con la diferencia de que en éste, en vez de desaparecer aviones, aparecen fotos de mi madre. En unos libros que le compré a un economista, encontré fotos en donde aparecía ella, adentro de una revista Sur. En una de las fotos estaba con el economista y una mujer; en la otra, sólo con la mujer. Tenía el papelito con el teléfono del economista, así que lo llamé para contarle el hallazgo. Me preguntó cómo se llamaba mi madre, y enseguida se acordó de ella y de las fotos. Se sorprendió mucho y, si bien me pidió que se las tenga, que las iba a pasar a buscar, no vino nunca. En cambio, mi madre, a la que llamé después de cortar con el economista, pasó esa misma tarde y se las llevó".

Otros libreros, como Alejandro Monod y Natu Poblet, de la Librería Clásica y Moderna, donde cantó Liza Minelli a puerta cerrada o escribió canciones Joaquín Sabina, también dicen haber vivido, como otros locales, anécdotas con sus clientes. Algunas con finales más felices que otros.

http://www.lanacion.com.ar/1923326-anecdotas-de-libreria-las-historias-mas-increibles-que-se-escuchan-entre-anaqueles

 

viernes, 29 de julio de 2016

1001 Libros que debes leer antes de morir en pdf (Recopilación – Descarga gratuita)


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Alejandria Digital publicó:" 1001 Libros que debes leer antes de morir en pdf (Recopilación - Descarga gratuita) 1001 libros que hay que leer antes de morir nos ofrece una selección crítica y autorizada de lo mejor que se ha escrito en la narrativa universal, con ilustrativos ensa"




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La biblioteca es el lugar del ejercicio público de la razón / Gabriel Naude